Triste
El invierno me apaga como un soplido a una vela,
me enfría, me hiela.
Me convierto en un oso que inverna en una cueva.
Paso los días contando las hojas
que se caen para luego volver a brotar,
Miro a través de mi ventana toda empañada por la humedad.
Tengo hambre de primavera,
de esas mañanas de pájaros que cantan
Y nubes que forman dibujos que interpreto a mi manera.
Tengo ganas de esa brisa que entra sin pedir permiso
y que se va sin avisar corriendo por la cornisa.
Tengo ganas de los rosales que habitan en mi jardín,
Del olor a margaritas que parece no tener fin.
Extraño aquel amor que se fue un dia con el viento,
Esa mañana de invierno…
Será quizás por eso la melancolía de este momento…
me enfría, me hiela.
Me convierto en un oso que inverna en una cueva.
Paso los días contando las hojas
que se caen para luego volver a brotar,
Miro a través de mi ventana toda empañada por la humedad.
Tengo hambre de primavera,
de esas mañanas de pájaros que cantan
Y nubes que forman dibujos que interpreto a mi manera.
Tengo ganas de esa brisa que entra sin pedir permiso
y que se va sin avisar corriendo por la cornisa.
Tengo ganas de los rosales que habitan en mi jardín,
Del olor a margaritas que parece no tener fin.
Extraño aquel amor que se fue un dia con el viento,
Esa mañana de invierno…
Será quizás por eso la melancolía de este momento…
Salado, como las lágrimas. Bello.
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