x

Todavía recuerdo cuando la observaba con mi mirada de un bebe de dos años, ella tan paciente, tan amorosa y tan atenta a mis necesidades, absolutamente a todas las que necesita un niño a esa edad.
Ahora yace en su cajón y no puedo creer que el tiempo me haya atrapado en esta burbuja de soledades, en donde lo único que necesito es que ella siga estando a mi lado. Como siempre, y como es de costumbre en la familia velaremos su cuerpo durante doce horas. La gente se acerca a saludarme pero yo no comprendo bien, lo tomo como si vinieran a visitarnos porque toda la familia está reunida. No creo en la muerte, nunca lo hice y tampoco voy a hacerme devota ahora, en este instante que vivo en el que ella ya no está a mi lado de ninguna forma quisiera creer que su espíritu sobrevuela por los lugares por donde anduvimos juntas pero no me llego a convencer a mi misma, y esa ilusión se convierte en algo efímero. Yo creo que ella se fue para elevarse y constituirse en la energía máxima y superior que vendría a ser Dios.
Me levanto de donde estoy sentada y la voy a ver, está intacta, parecería como si aún respirara, me da impresión esa sensación que tengo mientras la veo respirar y toco su frío cuerpo. De sus manos cuelga una cadenita con un dije de la virgen de la medalla milagrosa, no sé quien le ha puesto eso, porque ella nunca creyó en las vírgenes. Por momentos todo se torna duro y despiadado, si hay un fantasma aquí es el de la muerte que conduce mi mente a lugares crueles de mi imaginación y me lleva a pensar cual será mi fin, como cualquier ser humano, o al menos como la mayoría, deseo tener lo que todos llaman la mejor muerte, que es quedarse dormido y pasar al otro mundo sin siquiera darse cuenta.
Mi madre fue la mejor madre que me ha tocado en suerte en esta vida, le doy gracias a Dios que me haya dado la oportunidad de haberla conocido, de haberla amado y de haber aprendido todo lo que tenía para enseñarme y transmitirme. Una mujer llena de valores y principios, un personaje divertido y culto a la vez, llena de sorpresas y de grandes recursos y habilidades para salir siempre adelante, su fortaleza me inspiraba a continuar en duros momentos de mi vida, se fue, pero dejo en mis innumerables cosas que cubren el vacio de su inexistencia.
Por fin puedo llorar, y lo hago desconsoladamente, sigo al pie de su féretro, sigue mi mano posada sobre las suyas, sigo mirando alrededor y muy de a poco comprendo que esta será la última vez que yo la veré a ella; la última vez que ella me vió a mi fue en el sanatorio donde estuvo internada, casi sin poder respirar las ultimas palabras que expiró fueron hacia mi:- Hija te amo, no te olvides que el amor es lo más importante en este mundo.
Su corazón se detuvo y el aparato que tomaba su pulso empezó a hacer ese ruido lineal y ese chirrido que creo que lo escucharé por siempre. Fue como las películas, mi padre no contuvo sus lágrimas y salió buscando un abrazo de alguien cercano que lo contuviera en su mayor dolor de haber perdido a la compañera de toda su vida. Yo en cambio, me quede hasta que vinieron los médicos y trataron de reanimarla, pero ya nada podía hacerse, ella había partido.
Después tuve que encargarme de hacer todos los papeles para su funeral, pero parecía que hacía un trámite común y silvestre o para otra persona, será que uno desea la inmortalidad en sus seres queridos y la negación es la primera reacción que todos tenemos, el no querer creer que ya no estará entre nosotros.
La noche se vuelve larga y deambulan los conocidos de ella que eran muchísimos, sabía que mi madre tenía una extremada vida social, pero me sorprendió la cantidad de gente que vino a despedirse de ella, no dudo que haya sido querida, porque su personalidad extrovertida y su gracia al andar por la vida la habían convertido en alguien especial para la sociedad y para su entorno.
Sentimientos encontrados me enervan en una síntesis de enojo y pasión, quiero que todo termine de una vez, es egoísta lo que siento porque ya no quiero verla y esa emoción me engendra la culpa que me transporta a otro sentimiento que me dice que no se termine nunca, que quiero seguir estando a su lado. Todo está confuso y obnubilado, el pasado se mezcla con el presente y aparece en mí la nostalgia de los tiempos vividos con ella.
Mi padre se acerca a nosotras y en un murmullo desgarrador me confiesa que nunca amó a una mujer como a ella, que después de ella no hay nada. Me abraza y llora como un niño, lo consuelo palmeándole la espalda y gira su cabeza para mirarla y esbozando una sonrisa forzada me dice que es la más hermosa de todas las féminas, me suelta y se va al baño donde se que llorará a solas frente al espejo y se preguntará porque no se fue él antes que ella.
Así es la vida, nacemos, crecemos, nos reproducimos y morimos, ¿Cuál es el sentido? No lo sé, pero tengo mis hipótesis.
Miro la cruz que cuelga detrás de su ataúd y las imágenes se cruzan como si fueran proyectadas como en un cine, me percato del olor de las flores que con el calor van despidiendo ese aroma tan particular que no sé porqué no tienen en otro lugar que no sea en un velatorio porque las flores huelen así solo allí. El estómago se me revuelve y siento nauseas pero no quiero dejarla aunque mis ganas de vomitar lo poco que he comido son más fuertes y camino rápido hacia el baño. Caigo arrodillada y me abrazo al inodoro como a un fiel amigo que me comprende por el dolor que estoy pasando y devuelvo hasta la bilis, no puedo recomponerme, sigo teniendo arcadas pero me sobrepongo y decido salir un rato afuera.
Hay grupos de gente por todos lados, algunos fuman y se ríen, supongo que como en todo velatorio estarán contando alguna anécdota de la difunta. Algunos me miran, una señora se acerca y me pregunta si me siento bien, me aconseja que vaya a descansar un rato, se que me veo pálida, me vi en el espejo antes de salir del baño y aún con el estómago resentido me enciendo un cigarrillo que me provoca una especie de mareo.
Son las cuatro de la mañana, el cielo está estrellado y la luna llena alumbra en la noche. Nuevamente deseo que todo termine para poder descansar, pienso que mañana será otro día, que volveré a casa y habrá algo para comer que me dejó mamá,  que ella se levantará como de costumbre y me cebará unos mates antes de irme a dormir, charlaremos un rato y  todo seguirá como siempre.
No quiero entrar, no quiero verla ahí, no quiero sentir lo que siento, deseo que esto sea un sueño, más bien una pesadilla. Observo desde la entrada que mi padre se cruza por toda la sala para sentarse al lado de ella y me siento obligada en mi deber de hija de sentarme a su lado, así pasa una hora en que los dos solo la miramos sin decir palabra alguna, cada uno en sus pensamientos que seguramente son compartidos, aunque el dolor no sea el mismo.
La interminable noche concluye y llega el día, es raro, el pasar la noche en vela, el cansancio acumulado, el dolor profundo y la impotencia que tengo me convierten en una especie de zombie o de sonámbula de la vida. No sé que hice las ultimas cuatro horas, son las ocho de la mañana y en una hora el cuerpo de mi madre se irá al exilio del cementerio de General Rodríguez donde allí descansará en paz.
Me sirven un café con facturas pero cuando doy un mordisco me doy cuenta que la medialuna se convierte en una especie de pasta gomosa que será imposible de digerir, entonces sólo prefiero café, mientras aguardo el terrible y esperado momento en el que te dicen que tenés que despedirte del ser querido con la diplomacia y delicadeza que solo los que están en el negocio de los muertos saben hacerlo.
La miro, con el amor que la miré siempre, le hablo sin voz, desde adentro. Le acaricio su frente, le acomodo la mortaja, le toco sus pies, sus manos, esta congelada como un hielo, le beso la mejilla, aunque quisiera ser bebe para besarle la boca, la amo como nunca amé a nadie, estoy segura que fue recíproco, estoy segura que siempre lo será.

Comentarios

  1. Nada es tan triste como la vida después de que nos ha tocado la muerte. Hermoso el relato sobre el amor hacia tu madre. Lamento mucho su muerte, pero me alegro mucho más por la madre que tuviste.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares